Los filósofos de tres años
El viernes acompañé a Toni al colegio. Llovía y lo llevaba en brazos. De repente dice:
- ¡Estoy vivo!
- Pues claro que estás vivo, cariño. Pero, ¿por qué dices eso? – le pregunto.
- Es que como estoy vivo no me puedo reír.
- ¿Por qué no te puedes reír?
- Pues porque toso.
Y en seguida, como para demostrar su razonamiento:
- ¡Cof, cof! (Tos). ¡Estoy vivo!
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